Un diario de alguien intentado escapar de la depresión

Desde la oscuridad a la luz...

martes, 6 de julio de 2010

Deslices…

1571776A veces me canso de luchar y mas en este camino que tiene la cualidad de volverse a veces tan pantanoso; en ocasiones siento que avanzo algunos metros, a veces siento que retrocedo kilómetros…

Hace unos días, tuve lo que consideré un gran avance, salí al centro de la ciudad, una maraña de gente, calor, ruido y desmadre, para mi un motivo para una gran y apoteósico ataque de pánico; sin embargo, hice todo lo que debía ese día, solo y sin presiones, regresando a casa, asado, acalorado pero tranquilo, nada que una buena ducha fresca no solucionara.

Pero hoy, di ese salto kilométrico hacía atrás, después de un brutal madrugonazo para lograr inscribirme en una escuela donde deseo estudiar, el día comenzó a ponerse como demasiado largo, las tareas demasiadas pesadas, hasta terminar en una hiperventilación a punto del desmayo, una columna vertebral convertida en cactus con nervios de espinas, dolores por docena y la incapacidad de relajarme…

Creo que me falta uno de mis medicamentos, dos días sin tomarlo y realmente ando como gato bajo la lluvia…

Otro punto importante para conversar… ¿Voy a depender de medicamentos toda la vida? Espero que no, espero que todo esto sea temporal y que llegue el momento que pueda controlar todo mi sistema sin la muletilla de los medicamentos…

Espero que algún día, solo existan avances kilométricos  y que si he de saber del pasado sea solo para aprender de él…

lunes, 21 de junio de 2010

Un camino que se da por día

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Me he dado cuenta que este camino, tenebroso, largo y cansón, es un camino que se da por hora, por día y sin limite de tiempo; no es  como una gripe que con bastante agua, dormir, sopa de pollo y unos días de descanso uno se sana.

La  depresión es diferente, es una enfermedad que puede encubarse en unos cuantos meses o en unos cuantos años, pero no importa cuanto tarde en hacerlo, el curarse, puede llevarse meses, cuidado sino años.

Yo tengo que reconocer que decidí (ya que también es muy importante decidir curarse) zafarme de esta mendiga enfermedad hace apenas un mes y medio, cuando a pesar de mis dudas y sin creer mucho en ello, me fui a ver, de nuevo, con una psiquiatra. Ya antes lo había intentado, pero apenas me sentí mejor, deje de ir y la medicación ¡craso error! volví a caer en las garras de la enfermedad peor que nunca…

la respuesta llego de un libro que pude leer a durísimas penas, “Depresión” de Wina Sturgeon, donde comentaba que esa mejoría que sentí en aquel momento era apenas el comienzo de la recuperación, no la misma en sí; entendí pues, que había cometido un gran error y decidí hacer las cosas bien…

Por ello volví al comienzo, como dije antes no sin muchas dudas, aunque sin otra opción pero todas las ideas se me habían agotado.

Comencé mal realmente, la idea del suicidio era  cada vez mas constante y las crisis eran cada vez mas frecuentes; había desarrollado agorafobia y oclofobia, ya ni salía de la casa y dentro de la casa hice de mi habitación mi “lugar seguro”.

La primera cita fue terrible, me dio un ataque de pánico en la  entrada de la clínica donde la doctora tiene su consultorio, quería literalmente “volar” a mi casa, por suerte, estaba acompañado de un amigo que vio mi estado y con carácter me dio dos alternativas “¡ o entras a esa estúpida clínica y buscas ayuda o de una vez te lanzas a la calle a que te atropelle un auto! Pero no puedes continuar con este hipo emocional” ahora que lo veo mas fríamente realmente fue una forma de decírmelo muy ruda, pero también quizás, no hubiera reaccionado si lo hacia de otra manera, porque me le quede mirando y con el poco control que tenia fui y tome asiento frente al consultorio de la doctora. (Ahora me pregunto ¿que hubiese hecho mi amigo si yo hubiera optado por la segunda opción?).

La consulta fue lo acostumbrado, solo matizado con mi incontrolable movimientos de piernas y brazos como si estuviera sentado en medio de la Antártida solo con un traje de baño; la doctora tomo algunas notas, pregunto algunas cosas y luego de quien sabe cuanto tiempo (a mi me pareció que fue al menos toda la tarde) me dio todas las instrucciones y recetas necesarias para mi tratamiento; el cual comencé de inmediato.

al principio fue difícil, me sentía aletargado y dormía como oso invernando, mas bien parecía cocainómano pero con los días volví a ser mas normal (normal para mi, no normal/normal), comenzaron a interesarme otras cosas, ya salía solo ¡ya hasta manejaba! cosa que hacia meses que no me atrevía a hacer.

Y van casi dos meses y la mejoría ha sido increíble, estoy estudiando, estoy trabajando (en casa porque aun no creo poder enfrentarme al trabajo y el estrés de una oficina) y poco a poco comienzo yo mismo a imponerme retos, aunque de vez en cuando, no puedo negar, tengo uno que otro desliz…

Pero eso es tema para otra entrada…

lunes, 24 de mayo de 2010

¿¿¿???

¿Porque es tan difícil que la gente que te conoce y vive contigo no comprenda que no estas normal?

¿Porqué es tan duro pensar para los demas que lo que haces a veces ni tu mismo lo controlas?

¿Porqué se lo toman tan personal cuando no lo es?

¿No ven que solo lo que uno necesita es ayuda?

Una pesadilla de dos días...

Estos días han sido muy difíciles, comenzando el sábado por la mañana en pleno taller de literatura al cual estoy asistiendo, me tocaba exponer un par de obras de tarea que me asignaron la semana anterior; realmente no iba con muchas expectativas ya que la poesía nunca ha sido mi fuerte y los temas que escogí para ellas eran socialmente difíciles y extrañas (Pánico y Muerte); todo fue bastante pasable, aunque la ansiedad me estaba matando por tener que esperar al facilitador por mas de media hora, la corrección de mis obras no fueron tan fuertes, mas bien causaron un impacto en el que la verdad no se como interpretar.

Luego vino la siguiente asignación, la corrección de un cuento corto, con un tema mas ligero y mas digamos “normal” según mi concepto; pues ahí como diría un cristiano “comenzó cristo a padecer”, mientras iba encontrando fallas algunas gramaticales, otras de sintaxis, la angustia que ya venia medio controlando comenzó a desbocarse, el recinto empezó a achicarse rápidamente, ya no escuchaba completo sino por pedazos y me dio la impresión de que las paredes se me venían encima…

¡Horror! Yo lo único que quería en ese momento era escapar a toda velocidad de allí; mi pareja que afortunadamente había decidido acompañarme en ese momento, no entendía las señas que trataba de hacerle para escapar de allí, así que mi mente apanicada no le quedo otra que inventarle al profesor una excusa idiota para salir de ahí, bajo la mirada atónita de mi pareja; la verdad no recuerdo que le dije, solo que creo que lo balbucee. Me despedí como si de pronto hubiese recordado que había dejado algo en la lumbre y a pasos de gigante salí del recinto hacia las escaleras (para colmo el salón quedaba en el sótano del complejo), cuando llegue arriba un peso se que quito de encima y por fin pude respirar profundamente, se me antojo como si hubiese sido la primera vez que mis pulmones se llenaban de aire.

Mi pareja aun me miraba atónita, sin entender que estaba pasando, yo en pleno ataque de pánico realmente no sentía ningún animo de explicar absolutamente nada, así que le pedí que fuéramos a hacer algunas diligencias que teníamos pendiente.

Durante todo el viaje me la pase encajándome los dedos contra las rodillas como arañas aterradas, ya me dolían al igual que la mandíbula y la mayoría de la cara pero por mas que lo intentara no podía relajarme.

Se armó una discusión en el coche, un par de histéricos en pleno centro de la ciudad… ¡Se acabó nos vamos a casa! Dio por terminada mi pareja la discusión, yo con todo el cuerpo tenso como de hierro ni chisté y me deje llevar.

En casa, me solté, demasiado para un solo cuerpo mortal, lloré, grité, insulté, dije verdades, me hiperventilé hasta que en un segundo de lucidez recordé mi medicación ¡Gracias Divinidad por la medicación! A la media hora, caí en un sueño bendito que siempre agradezco.

Al día siguiente, amanecí como amasijo de carne, a medio moler, sin muchas ganas de pensar (y sin mucha capacidad tampoco), mi pareja me recordó que le había dicho que el día anterior íbamos a un centro comercial a petición mía; pues, no se porque habrá sido, pero me pareció mas bien que me había dicho que iba de camino al patíbulo para que me cortaran la cabeza.

Comencé por experimentar miedo, luego terror, algo incontrolable, me puse de un humor de perros y eso desencadeno en una pelea medio apocalíptica; no se si es que le exijo mucho a mi pareja pero a veces creo que tampoco pone de su parte aun sabiendo con medico y todo que muy normalito estoy (normal para mi, no normal – normal),

Al final fuimos, a duras penas pude superar el terror, dimos algunas vueltas, hicimos lo que teníamos que hacer y de nuevo a casa; de pronto, sentí una tristeza tan grande, un vacío tan enorme, que lo único que realmente deseaba era dormir o morir, cualquiera de las dos estaría bien.

Pero solo me quedo hacer lo primero, llegue, me quite la ropa, sin pedir ni permiso, ni aviso, me acosté, me enrolle en mi colcha preferida y me eche a dormir hasta esta mañana…

viernes, 21 de mayo de 2010

Un intento por salir...

Este es un blog que se me ocurrió abrir, ya que estoy en un proceso de salir de una enfermedad que mucha gente aun no cree que existe, la Depresión, una maldición para quienes la sufrimos y que cuesta mucho aceptar y salir de ella.

Mi idea es compartir mis experiencias mientras intento salir de este hueco, a ver a si alguien en alguna parte del mundo le ayude mi conocimiento.

Y si nadie lee estas entradas, pues no importa, me servira para mi para comprobar que tanto voy progresando y si alguna vez veo la luz al final del tunel...